Vistas de página en total

lunes, 14 de enero de 2013

Capítulo 18

-AHHHHHHHHHH!
Noté como dió un salto y caímos al vacío, o no. Pasamos unos segundos debajo del agua, estaba fría pero sus besos hacían que me olvidara de todo.
Al salir a la superficie nos empezamos a reír  me cogió en brazos y nos besamos durante media hora... No olvidaré nunca ese momento.
-Tengo frío, podemos salir?
-Claro, vamos.
Cuando salimos me subió a su  espalda y me llevó hasta el coche.
-Quédate aquí, he encendido la calefacción, yo voy a recoger todo lo demás.
Asentí y me acurruqué en el asiento, estaba agotada y ahí se estaba muy bien.
-Nora... Nora... Despierta, ya hemos llegado. -Pude escuchar su voz y notar sus caricias en mis mejillas.
-Ah, si, dime...
-Ya estamos en mi casa, sube, te das  una ducha, y te acuestas.
-Estamos en tu casa?
-Si, baja.
Andamos de la mano hasta llegar a un gran apartamento, eso era enorme! Era todo blanco y negro. No me fije bien, quise ir directa a darme una ducha y acostarme.
-Dónde está el baño?
-Sígueme...
Llegamos a un gran baño pasando por un pasillo largo y con muchas puertas.
-Bueno, ahora te traigo uno de mis pijamas, ve duchándote.
-Vale, te quiero.
Fue una ducha bastante reparadora, ya no me sentía cansada, pero no seguía queriendo ir a la cama...
Cuando salí vi un pijama azul y negro de verano plegado, me lo puse y me quedaba como un pincel.
-Justin? -dije al ver que no estaba en el salón.
-Estoy aquí... -Salió de una de las puertas, solo llevava calzoncillos. -Ven. -No esperaba que fuéramos a dormir en la misma cama, pero cuando entré, me di cuenta de que eso no era lo que el quería exactamente.

sábado, 5 de enero de 2013

Capítulo 17

Todo aquello era precioso, era una campo verde... me recordaba a mi infancia. Había puesto una manta gigante en el suelo, en el centro de la manta había una tabla de madera con comida y velas. No solo esto si no que, había puesto un montón de luces de colores colgadas. Toda la manta estaba recubierta de pétalos de rosa. Pero, lo mejor de todo esto sin duda era que, estábamos los dos solos. 
-¿Qué te parece?
-Esto es... es precioso.
-Como tú.
Me sonrojé. No tenía palabras para contestar, solo encontraba una manera de agradecérselo, pero me daba vergüenza. Aunque, después de todo esto, ¿qué es un beso apasionado? Me acerqué a el, me temblaba todo, nunca había sido yo la que se lanzaba, pero ahora todo había cambiado.

-¿Quieres que juguemos a una cosa?
-¿A qué?
-Pues... tu cierras los ojos y yo te doy algo de comer, y tu tienes que adivinar que es. 
-Mmm... me parece bien Nora, pero... podríamos mejorarlo.
-¿Cómo?
-Pues... hacemos lo que tu has dicho pero, si aciertas te doy un beso.
-¿Y si no acierto?
-Pues... ya nos inventaremos algo.
-Me parece bien.
-¿También te parece bien que empiece yo?
-Pues... si.
-Cierra los ojos.
Cuando cerré los ojos pude escuchar como rebuscaba en la cesta, ya sabía que era algo que aún no habíamos comido, posiblemente sea postre.
-Abre la boca.
Cuando abrí la boca pude saborear algo dulce... Estaba... crujiente y blando a la vez. Ya sabía lo que era.
-Es un croissant.
-Jo, ¿cómo lo sabes?
-Digamos que soy aficionada a los dulces... 
-Oh... bueno te toca.
Estuvimos jugando todo el rato a lo mismo, los besos no me cansaban, eran tan bonitos... No falló ninguno.
-Venga, la última. 
-Vale.
Me tocaba a mí otra vez... Espero acertar porque necesito otro de sus besos.
-Abre la boquita esa tan bonita que tienes.
Me sonrojé. Cuando probé no tenía ni idea de lo que era. Sabor amargo... 
-Emm... No tengo ni idea de lo que es.
-Jajajaja. Pues cierra esos ojitos que aquí viene tu castigo.
-Pero no seas muy duro, ¿vale?
-Tranquila.
Me cogió en brazos, me besó y noté como empezó a andar, andamos mucho rato y cada  segundos me daba un beso. Me pregunto si ese sería mi castigo. Espero que sí.
-Vale, ya estamos. 
-¿Dónde?
-Uno...Dos...Tres!

miércoles, 2 de enero de 2013

Capítulo 16

-Cierra los ojos.
-Vale.
-No me fío, mejor te los tapo yo.
-¿Cómo que no te fías de mí?
-Sht. Es solo una tonta escusa para poder tocar su piel.
-¿La de quién?
-La de mi vida.
-Pues debe ser muy afortunada esa vida tuya, ¿no crees?
-Mucho.
Noté como sus labios se acercaron a los mios y me dieron un dulce beso. Debo estar soñando.
Fuimos en coche unos 25 minutos, en todos estos minutos no me quitó la mano de encima. Era adorable.
-¿Ya llegamos?
-Si
Bajamos del coche y olía como a... hierba. Andamos 10 minutos cogidos de la mano hasta que nos paramos.
Me soltó la mano y no pude evitar emitir un sonido de tristeza, lo debió escuchar porque acto seguido me cogió de la cintura y me empezó a besar el cuello. Mierda! El cuello no!
-Justin por favor, para. -Mientras decía esto iba soltando gemidos y notando como se reía mientras me daba los besos.
-Nunca -Me susurró al oido.
Los besos en el cuello son mi punto débil, no me gusta que me los den en público por los sonidos que emito... parecen... bueno, otra cosa. Aunque ahora no se si estamos en público.
-Justin ah no para, enserio, para.
Me dio un beso en la cabeza y paró. -Si quieres que pare, paro...
Me sentaron mal esas palabras, no se porque.
-Siéntate.
No sabía si tenía detrás una silla, césped... Pero me senté, vaya, era césped. Justin empezó a reirse al ver mi caída y yo me uní a el.
-Bueno, voy a quitarte la venda.
No dije nada, pero noté como apoyaba su barbilla en mi hombro, notaba su respiración, empezó a quitarme la venda y...
-Madre de Dios Justin!

martes, 1 de enero de 2013

Capitulo 15

[Perdón por la tardanza enserio, es que tengo muchísimos deberes, hoy escribiré más para compensar, muchas gracias los que leéis.]

-¿Te quedas a cenar? -Le pregunté con una voz temblorosa, temiendo un no por respuesta, o un si. No tenía ni idea de lo que nos diría mi madre mientras cenamos.
-No. Y tu tampoco. -Añadió rápidamente al ver mi cara de desilusión.
-¿Cómo que yo tampoco? -Aún estaba mirando fijamente una foto de cuando me fui con Emma al centro comercial, que vergüenza. En la foto salimos las dos abrazadas a un Justin Bieber de cartón. Se me puede ver en la cara como estaba llorando de emoción.
-Eso. -Se dio la vuelta y empezó a andar hacia mi. Lentamente me acarició la mejilla y cerró poco a poco la puerta. Que pare de hacer eso ya o me voy a echar a llorar. Me dio un dulce beso en la frente, me cogió la mano y me sentó sobre su regazo en la cama.
-Pero... -Me interrumpió poniéndome el dedo en los labios.
-He buscado un sitio para cenar juntos. Como te dije, he retrasado la gira para algo.
-Pero esto está lleno de Beliebers, no vamos a poder cenar tranquilos.
-Tranquila, aún no sabes donde es. Ah, y dile a tu madre que tampoco dormirás en casa.

Después de mucho insistirle a mi madre, accedió. Aunque de muy mala gana, pero, ¿Què más le daba? Ya era lo suficientemente mayorcita para hacer las cosas sin su consentimiento.